A
pesar de que muchas personas en el mundo han recibido beneficios económicos, el
desempleo, la pobreza y la desigualdad siguen siendo los principales obstáculos para el desarrollo
sustentable.
Existen
empresas alrededor del mundo de las cuales sus ganancias no se comparten con
sus productores locales ni con su gente. Un ejemplo son las grandes franquicias
que se
establecen en países extranjeros ofreciendo salarios muy poco
competitivos.
En México
existen programas sociales que su fin es ayudar a los más necesitados, pero en
realidad mal acostumbran a las personas a recibir limosna en lugar de ofrecer
capacitación y una pequeña inversión para que puedan auto emplearse.
Urgen
más y mejores empleos productivos, de calidad, que además de ayudar a reducir la pobreza también contribuyan a
conservar el medio ambiente.
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